El proyecto parte de que la discapacidad intelectual engloba a un conjunto con distintas patologías. Estas personas suelen tener problemas de nutrición, como déficits de micronutrientes o exceso de masa grasa y peso, así como bajo tono muscular. Lo que el estudio quiere demostrar es si estas condiciones son debidas a las patologías en sí o si son consecuencia de hábitos nutricionales y de estilo de vida desfavorables. Así mismo estudia si la sobreprotección descuida aspectos tan relevantes como la alimentación y el ejercicio físico. Este proyecto quiere conseguir un modelo de intervención nutricional y de ejercicio, eficaz para mejorar el estado de salud. Los usuarios que han comenzado su participación el pasado 12 de marzo, van a recibir formación en nutrición durante cinco sesiones más. Con la participación en esta actividad pretendemos que modifiquen sus hábitos alimenticios inadecuados y que se sensibilicen sobre la importancia de realizar ejercicio físico, tanto para prevenir la obesidad como para mejorar su estado de salud física y mental.
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